Nunca les conté, pero la primera edición de mi libro “Derecho al Olvido. La protección de datos personales como límite a las libertades informativas.” (DER Ediciones, 2018) tuvo una gran acogida, agotándose el tiraje en pocos meses.
A su vez, también tuvo excelentes críticas entre los profesores de Derecho Constitucional, varios de los cuales me señalaron que entendían que era la obra de referencia en Chile sobre la materia y me felicitaron por el estilo en que estaba escrita (también fue del gusto de varios ingenieros).
Pero el hecho es que los ejemplares se agotaron y las esforzadas gestoras de la editorial DER me pidieron reimprimir la edición, a lo que me negué en redondo, pues en el intertanto habían cambios muy significativos: entró en vigencia el Reglamento General de Protección de Datos Personales de Europa (RGPD), se dictó la reforma constitucional de 2018 que introdujo la protección de datos personales como un derecho fundamental y se pronunciaron numerosas sentencias sobre la materia, muchas de ellas citando como doctrina autorizada al propio libro de marras, a veces para bien, y otras tantas, no.
El proceso de “actualización” me tomó mucho más tiempo del que hubiera querido, llegando las editoras a amenazarme con derechamente reimprimir la primera edición y exponerme a la vergüenza de publicar citando normativa derogada, pero finalmente en mayo pasado estuvo el resultado disponible para el público.
En la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso me propusieron hacer el lanzamiento de esta segunda edición desde sus aulas y en forma presencial, pero a estas alturas creo que es una idea que ha naufragado en lo inmediato, como todos aquellos proyectos que suponían un pronto regreso a la normalidad.
Y como ya hemos llegado a octubre y los eventos presenciales siguen siendo poca factibles, he optado por comunicarles directamente que hay nueva edición de “Derecho al Olvido”, actualizada y complementada, como reza en la portada, pero los cambios van bastante más allá de una mera actualización.
En primer lugar, cambió el fundamento mismo del derecho al olvido, que ya no se basa en la interpretación jurisprudencial del derecho a la vida privada, sino que ahora arranca directamente del derecho fundamental a la protección de datos personales, protegido en el art. 19 Nº 4 de la Constitución.
En segundo lugar, como consecuencia de la reforma, los derechos contenidos en la ley 19.628 (acceso, rectificación, cancelación y oposición) deben reinterpretarse a la luz de la Constitución, lo que produce consecuencias prácticas, tal como puede verificarse en los casos que se sintetizan en el libro.
Y en tercer lugar, directamente vinculado anterior, se han producido cambios en el razonamiento de los tribunales superiores de justicia cuando conocen de estas causas, aunque honestamente no siempre ha sido para bien.
Por último, y como un bonus track de esta nueva edición, se presenta y explica al lector la interesante temática de la realidad de las hemerotecas de diarios y revistas en línea, cuya existencia deriva en un cuestionamiento de la legalidad y legitimidad de revivir hechos respecto de los cuales no existen buenas razones para reflotarlos, pero dado que ya se ha hecho, hay que darles una solución jurídica apropiada, respetuosa tanto del acceso al conocimiento como de los derechos fundamentales de las personas.
Reitero: no es un reimpresión, ni tampoco un texto al cual se le haya dado una “manito de gato”, sino que en lo sustancial es una obra diferente respecto de su primera edición, la cual he preparado con mucho cariño y que les invito a leer en cuando tengan disposición para ello.