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¿Cómo formarse profesionalmente en protección de datos personales por muy poco dinero?

Hasta hace muy poco, la protección de datos personales era un tema que a nadie importaba, pero con ocasión de reformas legislativas, actualmente existe una amplia demanda por parte de las profesiones jurídicas en adquirir conocimientos y formación en el ya antiguo tema de la protección de datos personales, y también en lo que se ha venido en llamar derechos digitales.

Sin embargo, uno de los problemas para iniciar esa aventura es que los programas de formación disponibles en Chile son caros, con aranceles que llegan a los $2.000.000, que no tienen garantía de contratación inmediata, que exigen una importante dedicación de tiempo y, adicionalmente, solo te entregan una titulación de diploma.

Pero, en mi opinión, ese nivel de inversión no es necesario, pues por menos de $60.000 puedes, en relativo poco tiempo, llegar a saber más sobre este tema que la mayoría de los abogados del planeta, sin endeudarte ni gastar una pequeña fortuna por el camino.

¿Cómo hacerlo? No hay recetas universalmente válidas, pero te propondré una vía muy razonable y bastante sencilla de seguir: lo primero que tienes que hacer es proveerte de los conocimientos esenciales, esos que memorizarás a la perfección y que te darán un método de análisis de los hechos, y ya después vendrán las cuestiones más específicas.

Para hacer lo anterior, usarás dos libros de cabecera, que son manuales básicos en la materia que te servirán para comprender todo lo demás: el primero de ellos es el “Manual de Protección de Datos”, de Lucrecio Rebollo y Mercedes Serrano, que publica la editorial Dykinson y que tiene ya varias ediciones (preocúpate de comprar la última).

Lo malo es que en realidad solo está disponible en España, así que tendrás que adquirirlo en una librería especializada, como Marcial Pons, la que en 5 días lo entrega en tu casa por correo aéreo.

Después que lo recibas vienen la parte importante: léelo, subráyalo, escribe notas o resúmelo, pero lo importante, lo realmente importante, es que te aprendas los principios que rigen la protección de datos personales. Son varios, pero estables en el tiempo y tienen aplicación internacional. Y, desde luego, aprende también sobre los derechos de las personas en esta área.

Y ya tendrás una primera etapa completada. A partir de ese momento, tendrás muy claro cuál es el estándar internacional y europeo en materia de tratamiento de datos personales y también contarás con herramientas para analizar los casos que se presenten en el día a día: cada vez que te consulten sobre una situación, lo analizas a la luz de los principios que has aprendido y tendrás una respuesta.

Sin embargo, a esas alturas todavía no sabes nada de Derecho chileno en materia de protección de datos personales (más allá de haber leído la Ley Nº 19.628).

Lo que vas a hacer a continuación es descargar el libro “Protección de Datos Personales” de la profesora Lorena Donoso y un tal Carlos Reusser, que puedes obtener gratuitamente desde la página de la Academia Judicial. Es un manual escrito para los jueces de la república y contiene prácticamente todo lo que debes saber al respecto (también existe una versión en papel, corregida y aumentada, que vende DER Ediciones).

Imprímelo y vuelve a hacer lo mismo: ráyalo, destaca las partes importantes o resúmelo. Y con eso no sólo reforzarás lo que has aprendido del manual español, sino que consolidarás una formación sólida en la materia.

A estas alturas estarás en condiciones de distinguir una verdad de una mentira interesada, que abundan mucho en toda disciplina en que el conocimiento se entrecruza con los intereses comerciales, y de abordar con visión crítica la nueva información que encuentres sobre aspectos especiales o de detalle.

Y ya, has cruzado el Rubicón.

Pero claro, este no es el final del camino, sino que solo el principio: a partir de este punto y armado de tus conocimientos y capacidad de análisis crítico, empieza a leer toda cuestión nueva, a participar de toda instancia relativa al tema y empieza a opinar activamente en torno al mismo en las ocasiones y oportunidades que se te presenten, de forma de obtener un reconocimiento público de tu saber.

Ahora bien, sé que el mundo es cruel y en muchas ocasiones el conocimiento no basta: muchas veces te piden exhibir un documento que permita demostrarlo y, como decíamos al principio, ese papelito cuesta $2.000.000.

Si esa es la situación en que te encuentras, te tengo una alternativa a considerar.

Si ya estás en campaña para reunir el dinero para un mísero diplomado, ¿por qué no haces un esfuerzo adicional y reúnes 3,2 millones para un título de Máster en una Universidad de prestigio?.

La Universidad de Salamanca, una de las más antiguas y tradicionales del planeta, ofrece una titulación de Máster de Abogacía Digital y Nuevas Tecnologías; es un programa en línea, tiene un precio ostensiblemente más asequible que un magíster made in Chile, puedes pagarlo en cuotas con tarjeta de crédito y, lo mejor, es que los profesores son un lujo oriental, de esos que no encontraremos por acá: Carbajo Cascón, Bueno de Mata, Aparicio Vaquero, ¡García Mexía!, entre varios otros notables.

Ese programa tiene ya 8 versiones, así que no tiene nada de experimental y funciona realmente bien. Y claro, el trabajo de fin de máster, si es tu deseo, puedes realizarlo en un aspecto específico de la protección de datos personales que vaya más allá de la panorámica y perspectiva que te entrega la titulación (atención: es un título profesionalizante propio de la Universidad y no te habilita a acceder al Doctorado, que es otra historia diferente).

Sin embargo, hay algo que debes tener claro: los máster o magíster no te convierten mágicamente en especialista en nada, sino que es tu esfuerzo personal guiado por tus intereses los que harán el milagro. Los programas de máster te darán un título que exhibir y una perspectiva general del área, lo que ya es bastante, pero todo lo demás que ocurra en tu vida profesional depende del plan que te hayas trazado, el esfuerzo en mantenerse actualizado y tus méritos.

Y creo que con esto termina mi recomendación de “sea experto en protección de datos por 60 lucas ¡Chame chá!».

 

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